La estimulación temprana consiste en un conjunto de actividades y ejercicios diseñados para promover el desarrollo integral de los niños desde sus primeros meses hasta los seis años, potenciando sus habilidades cognitivas, motoras, emocionales y sociales para un crecimiento saludable y un aprendizaje efectivo. Durante estos primeros años, el cerebro es especialmente receptivo y adaptable, y las experiencias recibidas influyen directamente en la formación de conexiones neuronales, facilitando capacidades como el lenguaje, la coordinación, la memoria y la resolución de problemas. Por ello, una estimulación adecuada puede prevenir retrasos en el desarrollo y favorecer un mejor desempeño escolar y social en el futuro, brindando a los niños oportunidades para descubrir el mundo que los rodea y desarrollar todo su potencial desde sus primeros años de vida.